En muchas ocasiones, problemas como la obesidad, el sobrepeso, los dolores de cabeza, la sinusitis, la artritis o las alteraciones cutáneas y respiratorias se deben a una intolerancia alimentaria. Y de ahí, lo crucial que supone detectarlo, porque cuanto más tarde se descubra, más irreversibles y acusadas serán sus consecuencias.
“La intolerancia alimentaria significa que tu cuerpo no asimila ciertos nutrientes y provoca efectos perjudiciales para la salud. Es decir, se trata de una alergia a ciertos alimentos que además, al manifestarse de forma muy lenta, hace que sea difícil detectarla”
Existen, tal como podrás imaginarte, muchos tipo de intolerancia, como a la lactosa, sacarosa, fructosa, gluten, etc.
Lo que yo realizo para descubrir si este es tu caso, es un test de intolerancia alimentaria. Éste reproduce en laboratorio la misma situación que se produce en nuestro organismo, detectando las intolerancias a un amplio grupo de alimentos. Se incluyen aquí ciertos aditivos y colorantes químicos que habitualmente se encuentran presentes en nuestra dieta.
Y si los resultados detectan algún tipo de tolerancia, ¡no te preocupes! Trabajaremos en una dieta sana, equilibrada y antioxidante para que tu organismo no se resienta más e ingieras además los nutrientes necesarios.
Yo te cuento todo.