¿Sabías que a partir de un producto obtenido de tu propio organismo tu rostro puede rejuvenecer? ¡Pues esta es una de las cosas que la bioestimulación puede hacer por ti!
¿Cómo es posible?
Lo que hacemos es obtener una muestra de sangre para procesarla mediante centrifugación, y así separar la parte en la que se encuentren las plaquetas que contienen en su interior los factores de crecimiento plaquetario. Una vez separadas las infiltramos en la piel del paciente para estimular la regeneración y reparación celular, ya que estas plaquetas activan ciertas funciones anabólicas produciendo más cantidad de colágeno, elastina y ácido hilaurónico.
Como puedes imaginar, al tratarse de una sustancia extraída de nuestro propio cuerpo no tenemos riesgos de reacciones alérgicas ni de intolerancias, y lo convierte además en un tratamiento muy personalizado.
Aplicamos dicha sustancia mediante una serie de microinyecciones muy superficiales por debajo de la piel, dependiendo de la zona que se quiera tratar; ya que no solo en el rostro, sino también en el cuello, escote, manos y cabello la bioestimulación está obteniendo muy buenos resultados.
Las sesiones duran solamente unos 45 minutos y normalmente recomendamos que el paciente repita el tratamiento una o dos veces al año, aunque siempre dependerá del caso concreto frente al que nos encontramos.
La bioestimulación logra:
• Mejorar la elasticidad y la luminosidad facial.
• Eliminar o disimular las arrugas finas.
• Restaurar la vitalidad cutánea.
• Frenar el proceso de oxidación y deterioro celular.
• Rejuvenecer la piel y restaurar las irregularidades faciales.
Dime ahora, ¿crees que la bioestimulación puede hacer algo por ti? Explícame tu caso y te cuento cómo lo hacemos.