El paso del tiempo afecta a todas las partes de nuestro cuerpo, y las orejas no escapan a ello. Siempre dependerá de casos concretos, pero generalmente el lóbulo pierde tersura y se alarga perdiendo volumen. Como ocurre con otras zonas faciales, pierde colágeno y con ello desaparece su turgencia. Por otro lado, el hecho de haber pasado muchos años llevando pendientes, en muchas ocasiones pesados, produce que el agujero se agrande y además se arrugue la zona preauricular.
Una serie de hechos que pueden producir que, a la hora de lucir un tocado, un recogido o algo similar, las orejas no favorezcan.
La solución que te propongo, si este es tu caso y deseas recuperar la estética que tenían tus orejas, es una técnica sencilla que se basa en la infiltración de ácido hilaurónico en el lóbulo inferior de la oreja y de la zona preauricular.
¿Quieres más información? Ya sabes que yo te cuento todo lo que necesites saber.